Bodas de influencers: quiero casarme como Chiara Ferragni

El INE apunta que la edad media para casarse alcanza los 36,7 años. La industria, sin embargo, apunta a que la tendencia señala un descenso. El wedding boom de las influencers parece tener algo que ver.

Cada vez son más las influencers que se casan y lo hacen públicamente. Esto provoca una gran expectación en sus seguidoras que más allá del vestido que han utilizado o del dinero que han invertido, pueden animarse a dar el paso hacia este gran día o pueden inspirarse en la forma de organizarla.

Las influencers con más éxito a día de hoy, comenzaron muy jóvenes en esta industria, muchas incluso siendo menores de edad, lo cual les impedía  casarse. Las más veteranas comenzaron hace ocho años y un gran número no tenía ni siquiera novio. Luego, las hemos visto crecer, sacarse el carnet de conducir, graduarse en la universidad e, incluso,  enamorarse. Como si se tratase de una hermana o una hija, ahora llega el momento de las bodas. Cinco años atrás se trataba de algo impensable. Laura Escanes, por ejemplo, tenía 16 años y María Pombo 19. Por eso hay que corregir lo que algunos llaman la “fiebre” de las bodas.

Principales bodas influencers

Influencers que cuentan con un imperio de seguidores han dado el paso y siguen la estela de Laura Escanes, quien se casó a los 21 años con el también personaje público Risto Mejide. Dulceida (2.1 millones de followers) hace un par de años, con tan solo 26, dio el paso. Si hablamos de un caso masculino conocido, encontramos a Pelayo Díaz quien se casó con 32 años y lo hizo público a través de sus redes sociales donde cuenta con un millón de personas.

Ahora nos encontramos a la espera de otras dos grandes bodas: la de María Pombo (24 años y 882.000 seguidores) y la de Rocío Osorno (32 años y 882.300). Ambas se han prometido este año y se sabe que Rocío, quien acaba de ser madre, se casará  en junio en la Catedral de Sevilla. La fecha de la boda de María Pombo con el también influencer Pablo Castellano  es el 22 de junio.

Rocío Osorno
María Pombo y Pablo Castellano

El vestido de Chiara Ferragni

Si se atiende a las cifras que aporta el Instituto Nacional de Estadística (INE) la edad media de matrimonio en España es de 36,7 años. En algunas comunidades es aún más alta. Por ejemplo, en Cataluña la edad media es de 37 y en Canarias de 38. Sin embargo, la más baja se encuentra en Melilla (34 años).

Es un hecho que los referentes de los jóvenes no son los mismos que tiempo atrás. Hasta ahora el fenómeno fan se reducía a cantantes, actores y gente relacionada con el arte. Después encontrábamos un grupo llamado socialité que, junto a la distintas casas reales, marcaban tendencia en el ámbito de la moda, los eventos y, en concreto, de las bodas. Ese papel ha sido sustituido por las influencers que sin tener un fandom detrás tienen un poder de influencia mayor y a la vez más sutil.

Con conocimiento de esta situación, puede observarse un comportamiento de imitación. Sin ir muy lejos, el primer vestido que empleó en su boda Chiara Ferragni, firmado por Dior, ha sido adaptado a distintas marcas y este año tiendas como Pronovias o firmas más pequeñas se ven repletas de vestidos con encaje chantilly en la parte superior y tul en la inferior. Este estilo ya tenía sus precedentes en influencers como Laura Escanes. No obstante, según la firma Nubia Acosta a las novias les gusta que su vestido sea siempre una pieza única por lo que, si bien muchas se inspiran en los vestidos de las influencers, todas quieren darle un pequeño toque personal que las diferencie.

Chiara Ferragni con su primer vestido, firmado por Dior

Las influencers, además, han puesto de moda el uso de un segundo vestido para la celebración posterior y, tal y como afirma Cotonnus (tienda de vestidos de novia a medida), esto se ha trasladado a la novias de a pie que buscan un vestido más atrevido para el momento del baile. Quienes quieren dar un cambio a su look sin la necesidad de un segundo vestido, optan por la creación de una pieza que, por ejemplo, lleve una falda incorporada que se pueda quitar cuando se desee con el objetivo de sorprender a los invitados y al propio novio.

Chiara Ferragni con su segundo vestido, también de Dior.

Hasta ahora el velo iba acompañado por una pequeña tiara, o peineta en el caso de usar mantilla. En la actualidad, las influencers han introducido una ola moderna que revoluciona las bodas celebradas hasta ahora y se rompe con la pureza del blanco en pos de una explosión de color a través de tocados y coronas florales para las novias. En ocasiones, sirven para acompañar al velo y, en otras, este último es el gran ausente y se da total protagonismo a estas piezas únicas. Las novias que buscan ser diferentes encuentran en esto una opción muy válida para destacar, en la que se aprecia mucho el trabajo artesanal de los tocados. Tal y como afirma Alma bruja, muchas novias e invitadas ponen la mirada en grandes famosas y buscan una copia casi exacta de tocados como el de Blanca Cuesta entre otras.

Fiebre por el DIY y la naturaleza

El vestido o los tocados no son el único ámbito que promueve el fenómeno influencer, la forma de organizar el banquete o la decoración también está en sus manos. La decoración viene muy marcada por una tendencia que beneficia a ambas partes: el DIY (Do It Yourself), es decir, ¡manos a la obra! Por una parte, el influencer tiene contenido que aportar en sus redes sociales, ya sea a través de vídeos en Youtube o con pequeños tutoriales o imágenes en Instagram. Por otra parte, los novios pueden conseguir la boda de sus sueños sin que el presupuesto sobrepase sus posibilidades. Entre los DIY más comunes encontramos las invitaciones de boda, el photocall, los regalos para los invitados o el propio ramo de flores.

Siguiendo esta línea nos encontramos con el banquete. Si bien antes el glamour se encontraba en grandes salones cerrados y el exterior parecía ser una opción para los que no tenían un gran presupuesto, en la actualidad se ha invertido. Las influencers han tenido un papel importante, ya que prácticamente todas han compartido fotos en las que se ve cómo el banquete se celebra en grandes jardines decorados con una iluminación muy cuidada. Las parejas prefieren el banquete al aire libre y no solo eso, sino que sustituyen al clásico menú tradicional por la fusión de un cóctel y un segundo plato ya sentados. Se trataba de una opción que hasta ahora podía ser más barata, pero el aumento de la demanda y la sofisticación de esta modalidad en el último año  hace que llegue, incluso, a superar el precio del menú clásico.

El vídeo: protagonista de la boda

Otro sector importantísimo en el que han intervenido las influencers es en el audiovisual. Tiene un papel primordial, ya que la mayoría  de ellas cuenta con un canal de Youtube en el que explican la boda con detalle o cuelgan vídeos en Instagram. Ha surgido, pues, la creación de toda una cultura marcada por una modernización y un dinamismo que no existía en las clásicas bodas de antaño. Influye tanto en la corrección de color, el tipo de la toma, el dinamismo, los momentos filmados… Las influencers se apresuran a subir en exclusiva imágenes del vestido y en menos de una semana encontramos un breve vídeo que mantenga enganchados a sus seguidores al evento ya pasado.

De esta manera, aunque hasta el momento para los followers era más importante la fotografía, el vídeo va cobrando la misma importancia y se solicitan ambos servicios, tal y como apunta Mediseño. En esta línea, empresas como ELENA CH ofrecen un teaser a las 2 semanas de la boda de 40-60 segundos para poder postearlo en las redes sociales de la forma más rápida posible. Después, un thriller de 3-5 minutos para compartir con seres queridos. Finalmente, se hace entrega de un vídeo más largo de unos 40-50 minutos, que suele reservarse para los novios.

#NoEresMillennialSinHashtag

Otro elemento casi obligatorio en una boda joven y como herencia de las influencers es la creación de un hashtag en el que se unan todos los vídeos y fotografías del momento. Esta es una medida para que ellas ofrezcan contenido a los espectadores en un momento en el que no pueden depender del móvil y, por otro lado, los novios “comunes” pueden guardar recuerdos más espontáneos de los propios invitados sin perderse ningún detalle. En esto son expertos Laura Escanes y Risto Mejide, quienes desde el comienzo de su relación apostaron por el hashtag #toelrrato. En el gran día prohibieron el uso de móviles a todos los invitados, excepto en un rincón en el que aparecía un sillón idéntico al del Chester (programa en el que participa Risto Mejide) y un fondo verde con el hashtag #toelrrato.

Rincón de la boda de Laura Escanes y Risto Mejide

Sin embargo hay quien apuesta por hacer uso de los shippeos, pero si no eres millennial no conocerás la palabra, así que primero hay que definirla. Shippear es una palabra que hace referencia a la unión de dos personas que no son pareja, pero que se sospecha que lo son. Algunas parejas ya reconocidas hacen uso de esto y así surge el hashtag de la boda de Chiara Ferragni: #TheFerragnez , la unión de Ferragni y Fedez (el novio).

La familia Ferragnez

Con este mundo “instagramer” también se ha potenciado el concepto de la boda como negocio económico, además de como una celebración del amor, puesto que la publicación de una imagen en pleno período nupcial supone una remuneración de entre 1.000 y 50.000 euros según el tipo de publicidad, el momento en el que se sube y la popularidad del influencer. ¿En qué consiste esto? Las empresas interesadas en la imagen de una persona concreta contactan con ella y llegan a un acuerdo económico, por el cual la figura famosa se compromete a hacer publicidad del producto en sus redes sociales. La publicidad puede ser de algún cosmético como un labial de Maybelline, un vestido de Shein e, incluso, de algún objeto tecnológico (un móvil de Xiaomi o Samsung, por ejemplo); el tipo de publicidad dependerá de si debe ser un vídeo o una fotografía, encubierta o explícita, si puede dar opinión libre o seguir unas pautas marcadas… Nuevamente Ferragni es un icono en esto, puesto que consiguió un beneficio limpio de 20 millones de euros y un número de interacciones en redes sociales superior a 67 millones. Tan solo el hashtag #TheFerragnez colecciona más de 33.000 imágenes.

The Ferragnez Love Park

El éxito de su boda, unido a todo lo ya mencionado, reside en la originalidad. Creó un parque de atracciones exclusivo para la boda, numeroso merchandising con muñecos y tazas, food trucks…. De esto toman nota las novias y lo adaptan a su medida con pequeños puestos de hot dog, candy bar y, quien puede permitírselo, alguna atracción (sin llegar al parque de atracciones de Chiara) como una noria o un toro mecánico.

Luna de miel: ellas prefieren Asia

Y después de la boda llega el magnífico momento de la luna de miel, momento en el que descansar de una boda que si bien ha podido ser de ensueño, conlleva mucho trabajo. Al hablar con Nautalia, la agencia de viajes asegura que los novios cada vez alargan más las lunas de miel, las cuales duran de media entre 15 y 18 días. Más o menos es la tónica general, ya que las influencers suelen dedicar esos días al descanso en terrenos paradisíacos, pero no las extienden más porque su trabajo exige mucha constancia en las publicaciones para no caer en el olvido.

En cuanto al destino a elegir, sí tiene mucho que ver la elección de las influencers que descubren nuevos rincones y marcan tendencia. Sin duda uno de los continentes más solicitados por ellas es Asia, seguido del continente americano y Australia. El reflejo de esto queda manifiesto en las lunas de miel, para las cuales los destinos más codiciados son Nueva Zelanda, Tailandia, Japón, Maldivas o un combinado de  EEUU y el Caribe.

Laura Escanes y Risto Mejide         

Esta pareja decidió que Tailandia era el sitio perfecto para su luna de miel, un lugar que atrae a numerosos influencers. Y no solo a ellos: los seguidores también se suman a la moda de Tailandia que parece un oasis en medio de tanto bullicio al que estamos acostumbrados. ¿Qué tendrán las islas paradisíacas que enamoran a influencers y seguidores?   

María F. Rubies en su luna de miel en Costa Rica.

Bodas cada vez más jóvenes

Si hablamos de hasta qué punto puede producirse un “efecto contagio” de las bodas de las influencers jóvenes, realmente parece haber algo de relación. Cada vez la edad desciende más y la mayoría de novias que acuden al portal no superan los 30 años. Esto es algo que avalan muchas otras empresas del sector, ya sean agencias de viajes como Nautalia como empresas de fotografía como My one and only. Es cierto que debido al aumento de los divorcios y las segundas nupcias la edad media de matrimonio parece mantenerse alta, pero aseguran que es cuestión de unos pocos años que la edad disminuya en los datos del INE, pues cada vez reciben a novios más jóvenes.

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